SUNEKO / Los Nidos del Amor Secreto

All, Vino y Chaca
Amigo y Crue
Blue, Vino, Flus
Blue, Vino y Sioc
Ione y Wone (DNA´S)
FAT KLAN
Fear y Hue
Fose
Fose
GRS
Hess, Ione, Hase, Oves y Zeke
Owen
Rioga, Evno y Rocky
Snat
Yowin y Keis
Yowin



SUNEKO
LOS NIDOS DEL AMOR SECRETO

Texto por Thabeat - Metro Golden Maker (MGM)

fotos exclusivas de Suneko publicadas sólo para Upper Egypt Series Zine

Nota: (Haz un click sobre la imagen para ver toda la calidad de la foto)

Existe un paralelismo entre el que acude a una cita amorosa prohibida y el que acude a una cita como esta. La emoción previa al encuentro donde se desatará toda la tensión acumulada es tan similar que no hay otro remedio que acabar meditando sobre la pasión que despiertan los lugares prohibidos.

Millares de solitarios se recrean con el desbordamiento doloroso del deseo, la intensidad subversiva de lo imposible, la embriaguez delirante del fetichismo y la excitación ante todo. La ciudad sigue siendo, en buena parte, una jungla bajo la que se esconden enormes riquezas. Los nidos del amor secreto: esos santuarios donde se practica el culto más antiguo del planeta. Ante todo se busca una total discreción. Y para que la privacidad del ser furtivo no se vea alterada por nada ni nadie, lo primero es comprobar que el lugar sea de rápido acceso, y en lo posible de dos vías, para que los que llegan no se den de narices con los que salen. Son las elevadas misiones de algunos enamorados. Tras el febril movimiento, el picnic ha acabado. Chapas. Asaltos. Whole Cars. Whole Trains. Suneko trata de encontrar las justas imágenes para definir un amplio repertorio de posibilidades.



SUNEKO
THE SECRET OF LOVE NITED

words by Thabeat - Metro Golden Maker (MGM)
Suneko published exclusive photos of only for Upper Egypt Series Zine

Note: (Click on image to view full image quality)

There is a parallel between going to a forbidden love quotes and attending an event like this. Emotion after the meeting where all the tension accumulated trigger is so similar that there is no other choice but to end up meditating on the passion aroused places forbidden.

Thousands of lonely recreate the painful overflow of desire, the intensity of the impossible subversive, drunk and delirious excitement of Fetishism first. The city is still, largely, a jungle that hide under the huge wealth. The secret love nests: those sanctuaries where we practice the oldest religion on earth. First of all wanted a total discretion. And for the privacy of being stealthy is not disrupted by anything or anyone, you must first verify that the site is quick access, and possibly two-way, for those who can not come from those with noses leave. Missions are the high number lovers. After the feverish movement, the picnic is over. Sheets. Rounds. Whole Cars. Whole Trains. Suneko tries to find just the images to define a wide range of possibilities.

KOA / Los Tres Escritores





LOS TRES ESCRITORES
El Desenlace Nunca Publicado

texto y fotos por KOA / METROPOLITAN PRESS
para Upper Egypt Series Zine

Era viernes por la noche y hacía frío como siempre, pero esta vez era más crudo que otras veces. Se respiraba en el ambiente algo diferente, indefinible. Cerré la mochila, introduje hasta el último bote que quedaba, el boceto arrugado y un bocadillo duro completaban el equipaje. Al salir a la calle y sentir el viento helado, me estremecí y varios pensamientos cruzaron mi mente. El deseo irrefrenable de hacerlo y en contrapartida el miedo a ser atrapado, formaban una mágica sensación.

Caminé por la calle apagada y mojada. Pocos coches y poca luz, torcí la esquina y allí estaba. Era un muchacho de estatura mediana, pelo largo y negro, con expresión de desconfianza, abrigado y encogido por el frío. Me esperaba abrazado a su viejo macuto, bajo la luz de una pequeña farola. Al llegar a su altura me esperaban un apretón de manos y su agradable sonrisa. Miramos el reloj y apretamos el paso, para acabar corriendo, en eso Cam mi amigo, era el mejor.
Al llegar a la estación ya no había revisores y una mujer manejaba afanosa la escoba. Bajamos apresuradamente las escaleras y tomamos aquel gris tren, el último. Un largo recorrido nos esperaba. Cam, dormía haciendo uso de su virtud de hacerlo dónde y cuándo le placía. Yo por mi parte me acomodé en el asiento y comencé a pensar. Pensé en lo pobre que era y pensé que algún día necesitaría más de lo que tenía entonces… pero de repente un sórdido ruido me hizo volver a la realidad. El tren llegaba al final del trayecto: la estación del Norte. Las puertas se abrieron y del convoy apenas descendieron seis o siete personas, que se movían vagamente hacia la salida. Me pregunté si algún día yo sería así y creí que estaba mejor ahora. Nos sentamos en el andén y como todos los días esperamos a que José saliese del túnel. Nuestros ojos miraban fijamente hacia la boca oscura sin resultado cuando, de pronto, alguien tocó mi hombro. Era un policía, el último. Era un hombre amable y nos invitó a salir porque cerraban. Cam y yo, tuvimos que salir de la estación, pero una preocupación nos invadía… ¿Dónde estaba José? Él nunca había fallado.

José era el tercer miembro del grupo. Era más pobre que Cam y yo juntos. No tenía casa y vivía en una fría habitación olvidada por los obreros de los túneles. Le llevábamos algo de comida y con lo que él conseguía, iba tirando. Vendía cosas que encontraba por la calle y lograba sacar unos dólares. José nunca fallaba, era muy raro que no hubiese aparecido. No obstante, Cam y yo seguimos adelante, nuestro destino no era muy lejano: el depósito de trenes del norte. Volvimos a la calle y no miramos hacia atrás. Las rejas de la estación subterránea se cerraron. Caminamos juntos un par de kilómetros allí donde la ciudad terminaba. Y allí estaban aquellas moles de hierro, oscuras e impasibles. Ellos, los trenes, nos esperaban ansiosos. Eran nuestros amigos.
Saltamos un pequeño muro y allí estábamos. No había luna y debíamos tener cuidado para no caer. A lo lejos una pequeña luz, era la caseta del vigilante. No saldría a hacer la ronda. Hacía demasiado frío. También para nosotros, mis manos estaban congeladas. Dejamos las mochilas en el suelo embarrado y de la mía saqué un bote enorme de pintura. Cam y yo nos miramos. Estaba sucediendo de nuevo… pintar un tren. Un largo trazo marcaba el contorno.

De repente un sonido extraño, unos pasos que avanzaban sigilosos. Me giré y Cam ya no estaba, así que me abalancé bajo las ruedas del tren. Una silueta siniestra y enjuta se detuvo ante mí y una fuerte luz cegó mis ojos. En un segundo, la magia de sensaciones se transformó en una sola: ¡terror! Me habían cogido. ¿Y Cam? Pensé que no me dejaría atrapar, y en ese momento la luz de la linterna se apagó.

Una siniestra silueta se erguía ante mí, y yo no podía articular palabra. –Estás acojonado, ¿verdad? -dijo el extraño de pronto. Me quede helado, inmóvil.
-Venga levanta soy José.
De repente el estómago me dio un vuelco y suspiré profundamente. Que susto me había dado. Me levanté y le pregunté a José por qué no había acudido a tiempo a la cita.
–Había trabajadores en los túneles y no pude salir contesto.
Nos pusimos en marcha. El objetivo ahora era encontrar a Cam que seguramente seguía por la zona. Era difícil caminar por la oscuridad y decidimos parar. Cinco minutos después Cam pasó por nuestro lado sin darse cuenta, y también se arreó un susto de muerte. Ya estábamos juntos y nada podía pararnos.

Elegimos un convoy y pusimos las latas en el suelo. Cubrimos dos vagones por debajo de las ventanas y nos quedamos a gusto. Era emocionante mirar a tu lado y ver a tus amigos inmersos en el trabajo. No hubo ni el más mínimo problema. Cuando terminamos nos pusimos a dormir en un escondite que conocíamos y cuando se hizo de día, Cam descendió al pie del tren y lo fotografío. Hizo muchas fotos, a él le gustaba eso. Después cada uno se fue a su casa, teníamos hambre y sed. Lo mejor de llegar a casa después de pintar un tren es beberse un buen vaso de leche. Mi madre todavía dormía y entré sin hacer ruido. En mi habitación me dediqué a ordenar toda la ropa que había en el suelo, más que nada para evitar la bronca de mi madre. Eran ya las once y decidí bajar a la calle. Me dirigí al banco donde se reunían los escritores. Era peligroso pero era el único modo de contactar con gente de toda la ciudad. La policía solía tener vigilados los puntos de reunión, por eso tenías que ir con cuidado de no llevar las manos sucias, ni llevar esbozos con tu nombre. Al llegar allí, no había nadie. Era extraño, así que me senté en otro banco y observé. Cada cinco minutos pasaba un tren, pero con poca gente. Era domingo y los domingos por la mañana la gente dormía. Al otro lado del andén había un tipo sospechoso que no me quitaba el ojo de encima. De repente, otro hombre se sentó a mi lado y me dijo:
-¿Qué, a ver las pintaditas de los trenes? Ándate con cuidado porque os tengo a todos fichados ¿De acuerdo? Me levanté y el tipo que había al otro lado también lo hizo. Había oído muchas historias acerca de tíos que propinaban palizas a los escritores para que dejaran de pintar, así que no me quede para comprobar si eran ciertas. Me lancé a la vía, y los dos hombres comenzaron a gritarme y a insultarme. Levante mi dedo desafiante, y comencé a correr por las vías hasta que llegué a la siguiente estación. Estaba abandonada y desde allí llegué a la calle. La verdad, es que cada vez el asunto se estaba poniendo más difícil. Decidí ir a casa de Cam para contárselo. Al llegar allí, había un grupo de gente chunga. Era la banda del Escorpión, gente que te pega sin más, así que decidí volver a casa. Nueva Cork estaba cada día más salvaje pensé.

Al llegar a casa había un montón de gente fuera y un coche de policía. Pensé lo peor.
Actúe con cautela. Podían estar buscándome a mí. Fui por la parte de atrás sin ser visto y me colé en la casa por una ventana. Escuché tras la puerta, y pude ver a mi madre. Hablaba con un hombre de unos cincuenta años alto y corpulento. Enseguida le reconocí. Era McTowell, uno de los sargentos más conocidos de la policía de tránsito. Era famoso entre los escritores por su dureza. Me vi acabado. La policía estaba en mi casa. A escondidas logré subir a mi habitación y apenas metí algo de ropa en mi macuto y, por supuesto, mis latas. Me escurrí como gato por la cornisa. Lo tenía muy claro, tenía que desaparecer. Pasaron por mi mente lugares donde acudir y se me ocurrió ir a la vieja fábrica. Era un lugar donde a veces montábamos fiestas y por ahora sería un lugar seguro.

Cuando llegué, era casi de noche y, la verdad, es que daba un poco de miedo. Subí a la cuarta planta, y allí me encontré con una figura fantasmal que me observaba. Era Sam un vagabundo que vivía allí. Me preguntó que qué hacía allí.

–Voy a pasar la noche si no te molesta -le respondí. Pensé que no debía contarle nada. Creí que sería en vano. Ya era completamente de noche y Sam ya dormía en un pequeño camastro que él mismo se había construido. Eran ya las dos de la madrugada cuando decidí cambiar de escondite.

– Adiós Sam- murmuré. No obtuve respuesta, solo unos ronquidos. Alcancé el descampado iluminado parcialmente por la luna y me dirigí hacía mi segunda casa, la red del metro. Un par de vallas y me introduje por nuestro boquete secreto. Me encontré en el interior de la estación de “Home Ville”. Avancé por las vías y me adentré en el oscuro túnel. En un punto exacto, ya conocido, golpeé unas tablas viejas y unos segundos después se abría una hendidura en el suelo y apareció un rostro sorprendido, José.

-¿Qué haces aquí? -me dijo medio dormido.
-No preguntes y déjame entrar.

Descendimos por una pequeña escalera y ya nos encontrábamos en la habitación de José. Un habitáculo olvidado desde hacía muchos años. A pesar de todo resultaba acogedor. En una de las paredes había unos estantes llenos de botes de pintura, la mayoría vacíos, algunas fotografías y un calendario. Dos sillas, una mesa, un catre y poco más, completaban el cuadro, casi siempre en la penumbra, menos cuando José se dignaba encender la bombilla.

-José, tengo problemas- le conté
-Puedes quedarte un tiempo si quieres - dijo complacido José.
Era justo lo que esperaba que dijera.
-Y además, ahora te diré lo que haremos- me dijo exultante.
-¿A dónde vamos? Le pregunte.
-Calla y sígueme- me contesto.

Trepamos por la escalera y salimos de nuevo al túnel. Caminábamos por unas bifurcaciones y llegamos hasta un pequeño apartadero, donde tan solo había un par de convoys. Llegamos hasta uno de los trenes y José subió a la cabina del conductor y no sé como, puso los transformadores en marcha. Las luces de todo el tren se encendieron y un zumbido que me resultaba familiar invadió el apartadero.

-¿Pero tú te has vuelto loco o que? Van a oírnos.
-Calla de una vez y sube- gritó José-

No sé porqué le hice caso y, por si fuera poco, comenzó a mover el tren. En unos segundos el tren estaba en movimiento. José se había vuelto majareta. El tren avanzaba cada vez más rápido y José reía a carcajadas, descubriendo un lado oculto de su personalidad. ¿No pensaba detener el tren? Este avanzaba cada vez más veloz. Cuando rebasamos la primera estación, ya a gran velocidad, de reojo pude ver un policía saltando y gritando en el andén. Desde luego nos habíamos metido en un buen lío.
-¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?- le pregunté enfadado.
-Confía en mí, llevo preparando esto durante semanas - contestó.
Detuvo el tren en un tramo de vía que daba al aire libre en medio de una gran explanada.

-Ahora vamos a pintarlo- soltó.

El asunto empezaba a divertirme, el tío sabía lo que hacía. Sin duda era una pena que Cam no estuviese. En media hora ya habíamos acabado y fue entonces cuando un potente foco nos iluminó desde el cielo. Era un helicóptero de la policía. Comenzamos a correr y, detrás de unos arbustos, José se introdujo por un boquete. Y yo detrás de él. Sin duda lo tenía todo planeado.
-Mañana hablarán de nosotros en la tele ¿Eh? – Reía José. No le contesté. Todavía estaba demasiado alucinado mientras corríamos por las cloacas. Una docena de pasadizos y ya estábamos en la casa de mi amigo. Entre respiraciones entrecortadas, a duras penas reíamos de excitación.
-No veas la que tenías preparada, capullo. Le sonreí.

Unos minutos después estábamos durmiendo. Al despertar, me sentí desorientado. Era mi primera noche fuera del mundo exterior, y no había luz alguna que indicara que el sol hubiese salido, miré mi reloj y este marcaba las siete de la mañana. José continuaba durmiendo. Entonces sonó la contraseña en el techo de la habitación. No podía ser otro que Cam. Subí a abrir y bajamos los dos.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté.
-¿Y tú? ¿Oye os habéis enterado? Alguien robo un tren anoche y luego lo pintó. Ha salido en todas las noticias.
-Lo sé, fuimos nosotros- le dije.
A todo esto, José abrió los ojos.
-¿Cómo que vosotros?- preguntó Cam sorprendido.
-Sí, fuimos nosotros. José lo tenía todo planeado y sucedió- le dije.

La cara de Cam cambió y un gesto de disgusto se apoderó de ella. Sin duda a Cam le hubiera gustado estar allí. En el refugio no había televisión, así que nos dispusimos a salir del túnel para ir al bar de la estación. Seguro que veríamos algo.

Esperamos a que acabase de pasar el tren y entonces comenzamos a caminar por las vías, sin correr, pero ágiles porque el siguiente tren no tardaría. Sólo ascender por las escalerillas ya estábamos en el andén de reparación; traspasar una puerta y pasar por el andén general. Siempre vigilando que nadie nos viese salir, claro. Al llegar al bar, este presentaba una imagen cotidiana. Las mesas llenas de gente que se dirigía a su trabajo y se permitía el lujo de parar diez minutos para morder un donut y beberse un café con leche caliente. También algún mecánico del metro, sucio y grasiento. Estos solían, ya de buena mañana, hacerse con un gran bocadillo de tortilla y una cerveza. Contrastaban, en efecto, con la gente que se dirigía a sus oficinas, madalenas vs. chorizo.

Encima de un estante, la televisión. Estaban dando el telediario de la mañana, y mientras esperábamos que saliese nuestra hazaña, nos sentamos en una mesa que quedaba libre. El camarero nos miró y nos preguntó que queríamos tomar. Nos miramos y yo dije:

- Un café con leche, por favor.
- ¿Y vosotros?
- Nosotros beberemos del suyo- dijo Cam, avergonzado.

El camarero, extrañado, se dirigió a la cafetera murmurando entre dientes.
-Mira ahora- gritó José señalando la TV.

Una imagen increíble por TV. Una imagen aérea del tren tomada desde un helicóptero. Un foco potente iluminando unas figuritas humanas que corrían despavoridas. Éramos nosotros. No pude evitar una carcajada de satisfacción.

- José, ¿Has visto eso? -. Pero éste ni siquiera estaba mirando la TV, tenía los ojos clavados en... en una chica.

Durante unos segundos, se miraron mutuamente hasta que José despertó gracias al codazo que le propiné.

- Vámonos, ya hemos visto suficiente les dije -. Salimos del bar y José miró hacia atrás para ver por última vez aquella chica. Ella también le miró, esta vez con tristeza. Creo que José se había enamorado, y lo peor era que se había enamorado de algo que pertenecía al exterior. Cuando llegamos al refugio, José estaba cambiado.

- Debes olvidarla - le dije.
- Nosotros ya no somos como ellos - apuntaló Cam.
NADA SERÍA YA IGUAL.

Un día cualquiera 3.00 AM

Los tres vivíamos desde hacía tiempo bajo tierra, sin importarnos aparentemente lo que sucediera en el exterior… ¿Para que? Mis dos compañeros dormían plácidamente y yo no tenía sueño. La verdad es que me apetecía hacer algo, así que preparé mi mochila y salí del refugio con sigilo, para no despertarles.

Al salir del túnel, noté una corriente de aire frío que acabó de despejarme, así que me puse en marcha caminando por las vías y mirando al suelo con el que horas después soñaría al cerrar los ojos. Listones y piedras, listones y piedras, oscuridad y humedad. A veces me preocupaba que todo esto comenzara a ser normal. No sé, pensaba que tal vez debería llevar una vida convencional, como los demás. Ir al colegio, ir a la playa, tomar el sol. Supongo que a veces me debilitaba pensarlo, pero cuando más sumido estaba en mis reflexiones mi vista alcanzaba los trenes silenciosos y quietos.

Y creedme, ya no pensaba en otra cosa. Silenciosos y quietos. Esa era la descripción de mis trenes. Esa vez toda la cochera estaba en la más completa oscuridad, así que no me fue difícil moverme. Pero, de repente, los fluorescentes del túnel comenzaron a parpadear y en un momento todo estaba encendido, iluminado. El peligro lo podía oler, estaba atrapado, interceptado, muerto… NO, no podía permitirlo. Me moví deprisa. Más deprisa que cualquier empleado o policía del mundo. Atrás, muy atrás quedaron las luces y los ruidos. Llegué hasta un viejo tren arrinconado.

Tras él, piedra viva, rocosa, el final del túnel. Delante la luz, detrás la pared. Subí al viejo convoy y me asomé por una de sus ventanas. Efectivamente, había movimiento y podía escuchar a lo lejos el ruido que algún policía hacía al pasar de vagón en vagón. Tuve una última idea. Los viejos asientos de madera se levantaban, dejando un pequeño compartimiento al descubierto. La única opción, me metí dentro y cerré el asiento. Espera… NO… ¡¡¡Crac!!! El asiento se cerró conmigo dentro…¡¡¡mierda!!! ¡¡Me quedé encerrado bajo el asiento!! Afuera ya no se oía nada. Estaba encajado a oscuras, no podía moverme. Si respirar, ya que había ranuras en el asiento. Hice fuerza hacia arriba. Di fuertes golpes con todo el cuerpo haciéndome daño ¡¡Mierda!! Cómo pudo pasarme esto a mí… Un muerto en las entrañas de un tren muerto, en una vía muerta de un túnel muerto. La única palabra que vino a mi mente…. MUERTE.
[CONTINUARÁ]



THREE WRITERS
The Never Ending Published

words and photos by KOA / METROPOLITAN PRESS
for Upper Egypt Series Zine

It was Friday night and was cold as usual, but this time it was more raw than other times. There's something different in the environment, indefinable. I closed the bag, I introduced until the last boat left, the sketch and a crumpled sandwich completed hard luggage. To go outside and feel the icy wind, I shuddered and several thoughts crossed my mind. The desire to do so and in return the fear of being trapped, forming a magical feeling.


I walked off the street and wet. Few cars and poorly lit, twisted the corner and there it was. He was a boy of medium height, long hair and black, with an expression of distrust, sheltered from the cold and shrunk. I was expecting his old Macuto embraced under the light of a small lamp. When you reach the height I had hoped for a handshake and friendly smile. We watched the clock and be stepped up to finish running, in that my friend Cam, was the best.

Arriving at the station and had not managed authors and a woman tries the broom. Rushed down the stairs and take that train gray, the last. A long journey ahead. Cam, using their sleeping under where and when you do placía. I for my part, I fit into the seat and began to think. I thought it was poor and I thought that one day would take more than what I had ... but then all of a sudden noise made me a sordid back to reality. The train reached the end of the line: North Station. The doors were opened and the convoy just dropped six or seven people who moved vaguely toward the exit. I wondered if I would some day like this and I thought it was better now. We sat on the platform every day and hope to Jose leaving the tunnel. Our eyes looked directly into the mouth with dark result when, suddenly, someone touched my shoulder. He was a policeman, the last. It was a nice man and invited us to leave because they were closing. Cam and I had to leave the station, but a concern we invaded ... Where was Joseph? He had never failed.

Joseph was the third member of the group. Was poorer than Cam and I together. I had no home and lived in a cold room overlooked by workers in the tunnels. He carried some food and what he achieved, he was throwing. Selling things he found on the street and managed to get a few dollars. Joseph never failed, it was very rare that there were not. However, Cam and I move on, our destination was not far off the train depot in the north. We returned to the street and not look back. The gates were closed underground station. We walk together a couple of miles where the city ended. And there were those moles of iron, dark and impassive. They train, we waited anxiously. They were our friends.

Jumped a wall and there were small. There was no moon and we should be careful not to fall. In the distance a small light, was the stand of the vigilante. Would not make the round. Was too cold. Also for us, my hands were frozen. We left our backpacks in the muddy soil and mine took a huge pot of paint. Cam and I look. It was happening again ... painting a train. A long line marking the outline.

Suddenly a strange sound, they advanced a few steps secretive. Cam and I turned and I was not, so I jump under the wheels of the train. A skinny silhouette sinister and stopped before me and a strong light blinded my eyes. In a second, the magic of sensations are transformed into one: terror! I had been caught. What Cam? I thought I did not get leave, and then light the torch was extinguished.


A sinister figure stood before me, and I could not glean. -You acojonado, right? 'said the stranger suddenly. I was ice, motionless.

Come rose-am Joseph.
Suddenly his stomach gave me a roll and sigh deeply. I had that scare. I got up and asked Joe why he had come to no time for the event.
-Had worked in the tunnels and could not leave contesto.
We started running. The aim now was to find Cam certainly still in the area. It was difficult to walk on the dark and we decided to stop. Five minutes after Cam went through our side without realizing it, and also meaning a shock of death. We were together and nothing could stop us.

We chose a convoy and put the cans on the floor. We cover two cars below the windows and we were comfortable. It was exciting to watch next to you and your friends to see ourselves at work. There was not the slightest problem. When we finished we went to sleep on a hide-and we knew when it was day, Cam fell at the foot of the train and photography. He made many pictures, he liked that. After everyone went home, we were hungry and thirsty. The best thing about coming home after painting a train is a good drunk glass of milk. My mother still slept, and went without making noise. I devoted myself in my room to sort all the clothes they had on the floor, more than anything to avoid the anger of my mother. It was already eleven and decided to get off the street. I went to the bank where he met writers. It was dangerous but it was the only way to contact people from all over the city. The police used to have watched the meeting points, so you had to be careful not to dirty their hands, or carry your name with sketches. Upon arriving there, there was nobody. It was strange, so I sat on another bench and watched. Every five minutes a passing train, but with few people. It was Sunday and every Sunday morning people slept. On the other side of the platform had a guy that I suspect the eye away from it. Suddenly, another man sat next to me and told me:

- What, pintaditas to see the trains? Go with care because you have filed all right? I got up and the guy who was also on the other side did. I had heard many stories about guys that the writers gave beatings to stop painting and I did not stay to see if they were true. I set out to the track and the two men began to shout and insult. Challenging lift my finger, and started running through the channels until you reach the next station. Was abandoned and then got to the street. The truth is that every time the matter was being difficult. Decided to go home to tell of Cam. Upon arriving there, there was a group of people Chung. It was the banda of Scorpio, people with no more hits you, so I decided to go home. New York was ever more wild thought.

When we got home there was a lot of people outside a police car. I thought the worst.

Act with caution. They could be looking at me. I went through the back without being seen colleagues and I at home through a window. I heard behind the door, and saw my mother. I was talking to a man about fifty years of high and heavy. I recognized him right away. McTowell was one of the sergeants famous traffic police. It was popular with writers for his toughness. I finished. The police were at my house. A hidden able to upload to my room and just put some clothes on my Macuto, and of course my cans. Escurrí me like a cat on the ledge. What was clear, had to disappear. Went through my mind where to go and I did go to the old mill. It was a place where sometimes Montabes holidays and now would be a safe place.

When I arrived, it was almost night, and the truth is that was a little afraid. I got on the fourth floor, and there I met a ghostly figure that I noted. Sam was a drifter who lived there. I asked what was there.


-I will spend the night if you do not bother, I answered. I thought we should not tell anything. I thought it would be in vain. It was completely night and Sam and I slept in a small bed that he himself had built. It was already two in the morning when I decided to change his hiding place.

- Goodbye Sam whispered. I got no response, just snoring. I reached the clearing partially illuminated by the moon and I came to my second home, the metro network. A pair of fences and I was introduced by our secret hole. I ran inside the station, "Home City". Avancé me on the tracks and into the dark tunnel. In one spot, now known, hit a few old tables and a few seconds later there was a crack in the ground and a face appeared surprised Joseph.


- What are you doing here? I said half asleep.

Do not ask, and let me go.

Down a small staircase and we were in the room of Joseph. A carrier forgotten for many years. Despite everything was cozy. On one wall was a shelf filled with cans of paint, most empty, some photographs and a calendar. Two chairs, a table, a cot and some more, complete the picture, almost always in the shadows, when Joseph was less dignified turn the bulb.


Joseph-I-tell problems

-You can stay a while if you want - said José pleased.
It was just what I expected to read.
And besides, now we will tell you what I said exultant.
- Where are we going? Asked.
-Call-me, follow me contesto.

Climbed the stairs and went back to the tunnel. Walked for a few forks and come to a small-bys, where only a couple of convoys. We reach one of the trains and Joseph went up to the cab and do not know how to put the transformers in place. The lights on the train all lit up and a buzz that I was familiar invaded the sidings.


- But you've gone crazy or what? Will hear us.

Calla-ups once and cried Jose

I do not know why I took the case and, if this were not enough, the train began to move. Within seconds the train was in motion. Joseph had become mad. The train was moving faster and more laughter Jose laughed at, discovering a hidden side of his personality. Do not stop the thought train? This moving ever faster. When exceeded the first season, and at high speed, askance saw a cop jumping and shouting on the platform. Of course we had gotten into a mess.

- Do you realize what you're doing - I asked angrily.
-Trust me, I have been preparing this for weeks - he replied.
Stopped the train on a stretch of road that was open in the middle of a large esplanade.

Now let's paint-off.


The case began to amuse myself, the guy knew what he was doing. Undoubtedly it was a shame that Cam was not. In half an hour we had already finished and it was only when we focus a powerful illuminated from above. He was a police helicopter. And began to run behind some bushes, was introduced by José scuttled. And me behind him. No doubt I had it all planned.

Tomorrow, we talk about on TV Eh? - Joseph laughed. Not him. While still too haunted by the gutter run. A dozen passages and we were in the house of my friend. Interspersed between breaths, hardly laughed excitation.
-Do not see the one you had prepared, asshole. He smiled.

A few minutes later we were sleeping. Upon waking, I felt disoriented. It was my first night away from the world outside, and there was some light to indicate that the sun had left, I looked at my watch and marked the seven o'clock. Joseph continued sleeping. Then rang the password in the ceiling of the room. Could not be other than Cam. I got to open up and down both.


- What are you doing here? he asked.

- What about you? Hey have you heard? Someone stealing a train last night and then painted. Has been reported in all news.
-I know-we are told.
In the meantime, Joseph opened his eyes.
- How do you - Cam asked surprised.
Yes, we are. Jose had it all figured out and I said happened.

Cam's face changed and a gesture of disgust seized it. Cam probably would have liked to be there. In the shelter had no television, so we set out to exit the tunnel go to the bar of the station. Surely something would.


We look forward to emerging from the train and then began to walk along the tracks, without running, but agile as the next train did not take. Just climb the stairs we were on the platform of repair a door and pass through the platform overall. Always taking care that no one saw us go out, of course. When you reach the bar, this presented a picture everyday. Tables full of people heading to work and was allowed the luxury of stopping ten minutes for a bite a donut and drink coffee with hot milk. Also some of the mechanical meters, dirty and greasy. These were as good morning, a sandwich made with tortillas and a beer. Contrasted, in fact, the people who went to their offices, Madalena vs. sausage.


Over a shelf, the television. Were giving the news of the morning, and while we hoped that leave our feat, we sat at a table that was free. The waiter looked at us and asked us we wanted to take. We looked and I said:


- A coffee with milk, please.

- What about you?
- We drink yours, "said Cam, embarrassed.

The bartender, puzzled, went to the coffee muttering between your teeth.

Watch Now-Joseph cried pointing to the TV.

An incredible image on TV. An aerial image taken a train from a helicopter. A powerful source illuminating a human figurines were despavoridas. We were ourselves. I could not help a laugh of satisfaction.


- Joseph, Have you seen this? -. But it was not even watching TV, he was nailed in the eye ... in a girl.


For a few seconds, looked at each other until they woke Jose poke it through the tip.


- Come on, we have already seen enough, I told them -. Joseph left the bar and looked back one last time to see that girl. She also looked, this time with sadness. I believe that Joseph had been in love, and the worst thing was that had fallen in love with something that belonged to the exterior. When we arrived at the hut, Joseph was changed.


- You forget - I told him.

- We are no longer like them - underpinned Cam.
NOTHING WOULD BE LIKE NOW.

One day 3:00 a.m.


All three had long lived under the ground, apparently no matter what happens on the outside ... For what? My two companions were sleeping peacefully and I had no sleep. The truth is that I wanted to do something, so I prepared my bag and left the shelter with stealth, not to awaken them.


When exiting the tunnel, I noticed a stream of cold air finally cleared, so I began walking up the track and watching the ground hours after the dream to turn a blind eye. Ribbons and stones, foot stones, dark and damp. Sometimes I worried that all this began to be normal. I do not know, I thought perhaps I should lead a conventional life, like the others. Go to school, go to the beach to sunbathe. I suppose that sometimes I think it weakened, but when I was more immersed in my thoughts my eye can train and still silent.


And Believe me, no longer thought of something else. Quiet and still. That was the description of my trains. This time the entire garage was in complete darkness, so I was not hard to move. But suddenly, the fluorescent tunnel and began to blink at a time when everything was lit, lit. I could smell the danger, he was caught, intercepted, killed ... no, could not afford. I moved quickly. Faster than any employee or police officer's world. Ago, were far behind the lights and noise. I came to an old train cornered.


Behind him, living rock, rock, the end of the tunnel. The light in front, behind the wall. Convoy got old and I look for one of its windows. Indeed, there were moving and could hear noise in the distance that some police were going from wagon to wagon. I had one last idea. The old wooden seats were built, leaving a small compartment in the open. The only option, I went inside and closed the seat. Wait ... NO ... ¡¡¡Crac! The seat is closed with me inside ... ¡¡¡fuck! ¡¡I was trapped under the seat! Outside is no longer heard anything. Was embedded in the dark, I could not move. If you breathe, as it had slots in the seat. I force it upwards. Di heavy blows to the body making damage ¡Shit! How could this happen to me ... One died in the bowels of a train died in a dead end of a tunnel dead. The only word that came to my mind ....
DEATH.
[CONTINUE]

FUTURA 2000 / La Historia Interminable



























FUTURA 2000
La Historia Interminable

Contacto de Futura 2000
por Riconic, Suiza / Zurich
Organizado por Thabeat
Texto de Futura 2000
Fotos cedidas por Futura 2000 para Upper Egypt Series Zine

Empecé a pintar cuando estaba en el instituto. Tenía 15 años, con problemas en casa, problemas de identidad. No sabia si mis padres me habían adoptado o no. Cuando empecé a pintar pensaba que el graffiti me podría dar una nueva identidad. Trabajé mucho en mi tag hasta que me atreví a pintar en la calle. Después de haber leído tanto sobre el writing, vi que tenía que ver mucho con técnica y estilo. Mi nombre, Futura 2000, lo escogí porque me encantó y aun me sigue gustando la película de Stanley Kubrick, 2001, Una Odisea Del Espacio.

Yo vivía en aquella época en la parte Oeste de Nueva York, al lado de la línea 1 del metro, donde solían pintar mucho los chicos de UGA (United Graffiti Artists). En 1973, Hugo Martínez reunió a este grupo cuando yo también solía ir con ellos. Phase 2 era el más famoso.
Otro miembro de ese grupo, que para mí fue muy importante, era Stay High 149; él fue el responsable de que yo empezara a pintar. Su tag era una cosa maravillosa. También pintó “Voice of the Ghetto“, triste y bonito al mismo tiempo.

Al final de ese período, en 1973, me vi envuelto en un desafortunado accidente junto a un pintor que se llamaba Ali. Algo explotó una noche mintras pintábamos un tren. Nunca supimos qué pasó. El se quemó y tuvo que ir a urgencias al hospital. Durante más de diez años fue mi mejor amigo hasta que pasó eso y empezó a tener miedo de quedarse ciego o de perder sus manos. Después de ese accidente mi vida cambió totalmente. Y ahora viene lo sorprendente.
En febrero de 1974 ingresé en el cuerpo de Marines, solo unos meses mas tarde del accidente, y en 1978 me mude a Georgia. Durante el 79 recibí una carta de Ali donde me contaba que estaba organizando un programa en nuestro barrio. Tenía en mente algo como el renacimiento de los Soul Artists, uno de los grupos fundado por nosotros. Me invitó a NY para ayudarle en su programa, el cual contaba con el apoyo del ayuntamiento.

Y bueno, entonces volví a NY. En seis meses ya volvía a andar por el metro de NY, pero esta vez con Zephyr, un chico joven, que también estaba trabajando en el programa. Eso fue a finales de 1979. En aquel momento aún no sabía que mi vida iba a dar un giro de 180 grados.
Unos años después de haber dejado tristemente el metro de NY, me encontraba de nuevo allí. Al principio me veía como un observador que hacia una pintada aquí, una pintada allá, o que miraba si venía un policía, etc. Pero Zeph siempre me decía, “...venga, vamos a pintar”. Empecé a conocer muchos pintores en el Upper West Side, y me quedé muy sorprendido de que yo fuera para ellos una figura histórica. Entonces también empecé a pintar con S.A. (Soul Artists). Pintábamos figuras, señas, etc... para el barrio a parte del programa. El sueldo era malo, pero no me importaba porque así estaba con gente joven y muy interesante. Cuando pienso en aquellos tiempos, tengo que decir que fue uno de los momentos más divertidos e interesantes. Fue entonces también cuando cambió el graffiti para mí.

Un día, en 1980, un hombre que se llamaba Sam Esses habló con Zephyr. Zephyr era en aquellos días el rey de Nueva York. No sólo porque solía pintar muchos trenes, sino porque hacia obras de mucho contenido. Sobretodo en las líneas 1 y 5. Fue más casualidad aún que la hija de Sam Esses conociera a Zephyr del Central Park. Sam nos preguntó si podíamos organizar un grupo de pintores para pintar cuadros que después iban a ser expuestos en una galería. Lo curioso fue que no pretendían venderlos, sino que los querían guardar durante unos diez años para luego venderlos.

Conseguimos reunir a algunos pintores para empezar a trabajar. Gente como Butch, Tracy, Seen, Dondi... eran algunos de los que trabajábamos en el proyecto de Sam Esses. Dispusimos de un taller durante unos dos meses en el Upper East Side, al lado del Spanish Harlem. Realizamos unos 60 lienzos. Fue una época muy intensa e inolvidable. La gente iba y venía, pintaban con la idea de que algún día daría resultado. Gente como el hermano de Rammellzee rapeaba, nos venían a visitar b boys... También nos robaron todas las pinturas un día. Siempre pasaba algo. Pero aún hoy, estoy muy agradecido de que tanta gente trabajara para apoyar ese proyecto.
Entonces, Crash organizó la primera exposición de graffiti en el Fashion Moda. Eso supuso el éxito del graffiti. Keith Haring se juntaba y pasaba el tiempo con nosotros. Fue el momento en que salimos del underground. Fashion Moda, Fun Galerie y Europa. Los primeros que fueron a Europa, a Italia, fueron Lee y Fab Five Freddy. Nuestro viaje empezó en los Países Bajos con Yaki Kornblit.

Uno de los momentos más memorables para mi fue el momento en que leí una crítica sobre mis cuadros. No entendía nada de lo que decía. La crítica la escribió Kandinsky. Que, para ser sincero, no sabía quien era entonces. Hasta que le pedí a un amigo que me lo presentara. Ahí fue cuando empezamos a relacionarnos con artistas famosos que exponían en museos.
Antes de que nos metiéramos en el mundo de las galerías de arte, el graffiti tenía sus propias leyes, teníamos nuestro mundo. Así como en el SoHo hay galerías con mucho prestigio, también había líneas de metro con mucho prestigio para nosotros y, si sabíamos manejarnos ante esa situación, más alto ascendíamos en la jerarquía. Así también funciona en el mundo de las galerías de arte.

Últimamente, estoy metido en el mundo de la ropa. Tengo una marca que se llama Futura Laboratorios. He hecho y hago colaboraciones con Nike, Recon, APE, Supreme, MHI en Londres, Lewi’s, aNYthing, figuras de vinilo... Diseñé una bicicleta para Lance Armstrong porque soy un fanático del ciclismo y también me interesa el Tour de Francia. Pero este año me quiero dedicar otra vez a la pintura y, como siempre, a seguir haciendo cosas nuevas. Bueno, a fin de cuentas puedo decir que he encontrado mi identidad.
Futura 2000.



FUTURA 2000
The Endless Story

Contact Futura 2000
by Riconic, Switzerland / Zurich
Organized by Thabeat
words by Futura 2000
Photos released by Futura 2000 for Upper Egypt Series Zine

I started painting when I was in high school. He was 15 years, with problems at home, problems of identity. I did not know if my parents had taken me or not. When I started to paint graffiti, I thought that might give a new identity. I worked hard on my tag until I dared to paint in the street. Having read so much about writing, I saw that he had much to do with technique and style. My name Futura 2000, it chose me because I still loved and still love the Stanley Kubrick film, 2001, A Space Odyssey.

I lived at that time in western New York, next to metro line 1, where the boys used to paint a lot of UGA (United Graffiti Artists). In 1973, Hugo Martinez met this group when I used to go with them. Phase 2 was the most famous.
Another member of that group, which for me was very important, Stay High 149 era: he was responsible for that I began to paint. His tag was a wonderful thing. He also painted "Voice of the Ghetto," sad and beautiful at the same time.

After this period, in 1973, I was involved in an unfortunate accident with a painter whose name was Ali. Something exploded Mintra painted a night train. Never knew what happened. The burnt and had to go to the emergency hospital. For over ten years was my best friend until that happened and began to be afraid of becoming blind or losing their hands. After that accident changed my life completely. And now comes the surprise.
In February 1974 I joined the Marine Corps, only a few months later the accident, and in 1978 I moved to Georgia. During the 79 received a letter from Ali in which she told me that it was organizing a program in our neighborhood. Had in mind something like the rebirth of the Soul Artists, a group founded by us. He invited me to NY to help him in his program, which had the support of the council.

Well, then came back to NY. At six months and returned to walk through the NY subway, but this time with Zephyr, a young boy, who was also working in the program. That was in late 1979. At that time still did not know that my life was going to give a 180 degree turn.
A few years after leaving the metro NY sadly, I was back there. At first I saw as an observer to a painted here, a pint there, or if you looked was a police. Zeph But I always said, "... come on, let's paint." I started to meet many artists on the Upper West Side, and I was very surprised that I was a historical figure to them. Then I also began to paint with S.A. (Soul Artists). Painted figures, signs, etc ... for the neighborhood to part of the program. The salary was bad, but I did not care because it was with young people and very interesting. When I think of those times, I must say that was one of the most fun and interesting. It was then when I changed the graffiti.
One day in 1980, a man named Sam esses talked with Zephyr. Zephyr was in those days the king of New York. Not only because they used to paint many trains, but it works for lots of content. Especially in lines 1 and 5. Chance that still more was the daughter of Sam knew esses Zephyr's Central Park. Sam asked if we could organize a group of painters to paint pictures that would later be displayed in a gallery. The odd thing was that they wanted to sell but wanted to save that for about ten years and then sell them.

We got together some painters to start working. People like Butch, Tracy, Seen, Dondi ... were some who worked on the draft Sam esses. We had a workshop for about two months on the Upper East Side, near the Spanish Harlem. We made about 60 paintings. It was a very intense and unforgettable time. People came and went, painted with the idea that one day would result. People like Rammellzee rapeaba's brother, came to visit us boys b ... We stole all the paintings a day. Always something happening. But still, I am very grateful that so many people working to support this project.

So Crash organized the first exhibition at the Fashion Moda graffiti. That marked the success of the graffiti. Keith Haring was coupled and spent time with us. It was the moment they leave the underground. Fashion, Fashion, Fun Gallery and Europe. The first went to Europe, to Italy, were Lee and Fab Five Freddy. Our journey began in the Netherlands with Kornblit Yaki.

One of the most memorable moments for me was when I read a critique on my pictures. Did not understand anything she said. Kandinsky wrote the critique. That, to be honest, I did not know who it was then. Until a friend asked me to submit it. That's when we began to interact with famous artists who exhibited in museums.
Before we metiéramos in the world of art galleries, the graffiti had its own laws, we had our world. Just as there is in the SoHo galleries with high prestige, it also had lines very prestigious for us and if we knew to handle this situation, was the highest in the hierarchy. This also works in the world of art galleries.

Lately, I am stuck in the world of clothing. I have a brand that is called Futura Laboratories. And I've done collaborations with Nike, Recon, APE, Supreme, MHI in London, Lewi's, anything, vinyl figures ... I designed a bike for Lance Armstrong because I'm a fan of cycling and I am also interested in the Tour de France. But this year I want to devote to painting again and as always, keep doing new things. Well, ultimately I can say I have found my identity.
Futura 2000

DJ UVE Y DJ THABEAT / Treinta Treinta




DJ UVE Y DJ THABEAT
Treinta Treinta

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A Thabeat y a UVE les une la pasión por el hip-hop. Por eso siempre han rebuscado entre todo el material editado buscando originalidad y frescura. También independencia de ideas y un imprescindible sentimiento de contracultura. Así que los únicos hits que encontrarás en TREINTA TREINTA son los que se hicieron populares en sus sesiones más personales o en sus walkman. En los suyos y en los de sus colegas. Porque en estos 60 minutos se reflejan tanto los dj's como sus crews y sus procedencias, con UVE representando la escena cántabra y madrileña y Thabeat la catalana. Eso sí, siempre desde el lado izquierdo, lejos del foco del mainstream.

Nota:

Sólo apto para puristas y freaks del género.


DJ UVE Y DJ THABEAT

Treinta Treinta

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Thabeat
and UVE feel a real passion for hip-hop. That's why they are always digging for new material with their aim on originality and freshness. Add the needing of independency and some kind of counterculture. Thus the only hits you'll find in TREINTA TREINTA (meaning "Thirty Thirty") are those popular in their more personal sessions and in their walkmans. In theirs and in their friends'. Because this sixty minutes of hip-hop reflect the dj's taste as well as their crews and origins, with UVE representing Cantabria and Madrid, and Thabeat repping from Catalonia. But remember, sitting always on the left side, far away from the mainstream focus.

Note:

This is just for purists and matter freaks.