KROKE KLEZMER QUARTET
texto por David (Bunkerlab) para Upper Egypt Series Zine
imagenes cedidas por KROKE
Nos hallábamos en L’Auditori ese jueves más público del que creíamos encontrar. Constatamos así que el nivel de convocatoria de éste cuarteto de Cracovia [Polonia] es bastante alto en parte, quizás, al apoyo recibido por Radio3 desde algunos de sus programas.
La fantástica y atemporal música que Kroke nos presenta se ha definido como klesmer o klezmer. Viene a ser la mezcla entre las músicas judía y de la vieja Europa del este realizada por miembros pertenecientes a esa tradición musical.
Kukurba y los suyos se mostraron muy simpáticos con el público allí reunido, pasando del ambiente de concierto de cámara del principio a una ensoñación general de todos los que allí estábamos, que sólo grupos como Dead Can Dance pueden provocar, si se me permite tal comparación.
Como no, cayeron uno tras otro casi todos los temas de su album The sounds of the vanishing world, tan bien recibido por todos. Sobretodo Time hizo las delicias, y provocó asombro ver como el percusionista invitado [no forma parte de la formación oficial] llevaba el tempo del reloj que protagoniza este tema [no sin mostrar cierto dolor en su cara]. El acordeonista, al igual que Kukurba [violín], mostraron su rapidez y limpieza a la hora de ejecutar el repertorio, lo cual demuestra que estos polacos llevan mucho tiempo quemando tablas.
Acabaron asediados con una petición de bis y regalaron dos temas más a la audiencia. A los pocos minutos de acabarlos y despedirse, la audiencia ya pedía un nuevo bis, cosa que no pudieron cumplir.
Eso sí, demostraron cariño a los allí presentes, y dejaron al público de pie aplaudiéndolos durante minutos. Por cierto, destacar la variedad de edad y estilo del público, lo que demuestra que la buena música no tiene límites.
KROKE KLEZMER QUARTET
words by David (Bunkerlab) for Upper Egypt Series Zine
images released by KROKE
We were at L'Auditori Thursday that most of the public believed that finding. We note that the level of calling this quartet Krakow [Poland] is high in part, perhaps, the support received from Radio3 some of its programs.
The great and timeless music Kroke us has been defined as klesmer or klezmer. Is about the mix of Jewish music and the old Eastern Europe by members of this musical tradition.
Kukurba and his family were very friendly with the audience gathered there from environment chamber concert of the principle to a dream of all who were there, that only bands like Dead Can Dance can lead, if I may use such a comparison .
Of course, fell one after another almost every topic of his album The sounds of the vanishing world, so well received by all. Time was especially delighted, and caused astonishment to see how the guest percussionist [not part of formal training] had the tempo of the clock that performs this subject [not without showing some pain in his face]. The accordion, like Kukurba [violin], showed his speed and clearance to implement the code, which proves that the Poles have long burning tables.
Siege ended with a request for a and got two more items to the audience. Within minutes of finishing and leaving, and asked the audience a new one, which could not meet.
But it showed there to love and left the audience standing applauding for minutes. By the way, highlighting the variety of age and style of the public, proving that good music knows no boundaries.
texto por David (Bunkerlab) para Upper Egypt Series Zine
imagenes cedidas por KROKE
Nos hallábamos en L’Auditori ese jueves más público del que creíamos encontrar. Constatamos así que el nivel de convocatoria de éste cuarteto de Cracovia [Polonia] es bastante alto en parte, quizás, al apoyo recibido por Radio3 desde algunos de sus programas.
La fantástica y atemporal música que Kroke nos presenta se ha definido como klesmer o klezmer. Viene a ser la mezcla entre las músicas judía y de la vieja Europa del este realizada por miembros pertenecientes a esa tradición musical.
Kukurba y los suyos se mostraron muy simpáticos con el público allí reunido, pasando del ambiente de concierto de cámara del principio a una ensoñación general de todos los que allí estábamos, que sólo grupos como Dead Can Dance pueden provocar, si se me permite tal comparación.
Como no, cayeron uno tras otro casi todos los temas de su album The sounds of the vanishing world, tan bien recibido por todos. Sobretodo Time hizo las delicias, y provocó asombro ver como el percusionista invitado [no forma parte de la formación oficial] llevaba el tempo del reloj que protagoniza este tema [no sin mostrar cierto dolor en su cara]. El acordeonista, al igual que Kukurba [violín], mostraron su rapidez y limpieza a la hora de ejecutar el repertorio, lo cual demuestra que estos polacos llevan mucho tiempo quemando tablas.
Acabaron asediados con una petición de bis y regalaron dos temas más a la audiencia. A los pocos minutos de acabarlos y despedirse, la audiencia ya pedía un nuevo bis, cosa que no pudieron cumplir.
Eso sí, demostraron cariño a los allí presentes, y dejaron al público de pie aplaudiéndolos durante minutos. Por cierto, destacar la variedad de edad y estilo del público, lo que demuestra que la buena música no tiene límites.
KROKE KLEZMER QUARTET
words by David (Bunkerlab) for Upper Egypt Series Zine
images released by KROKE
We were at L'Auditori Thursday that most of the public believed that finding. We note that the level of calling this quartet Krakow [Poland] is high in part, perhaps, the support received from Radio3 some of its programs.
The great and timeless music Kroke us has been defined as klesmer or klezmer. Is about the mix of Jewish music and the old Eastern Europe by members of this musical tradition.
Kukurba and his family were very friendly with the audience gathered there from environment chamber concert of the principle to a dream of all who were there, that only bands like Dead Can Dance can lead, if I may use such a comparison .
Of course, fell one after another almost every topic of his album The sounds of the vanishing world, so well received by all. Time was especially delighted, and caused astonishment to see how the guest percussionist [not part of formal training] had the tempo of the clock that performs this subject [not without showing some pain in his face]. The accordion, like Kukurba [violin], showed his speed and clearance to implement the code, which proves that the Poles have long burning tables.
Siege ended with a request for a and got two more items to the audience. Within minutes of finishing and leaving, and asked the audience a new one, which could not meet.
But it showed there to love and left the audience standing applauding for minutes. By the way, highlighting the variety of age and style of the public, proving that good music knows no boundaries.
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